¿Cómo es posible?
Una serie de hechos

1 – De niños íbamos en coches que no tenían cinturones de seguridad, ni airbag…

2 – Viajar en la parte trasera abierta de una camioneta era un paseo especial que aún recordamos.

3 – Nuestras cunas eran de colores vivos, pintadas con pinturas con base de plomo.

4 – No teníamos cierres de seguridad para niños, ni en los medicamentos, ni en los baños, ni en las puertas.

5 – Cuando íbamos en bicicleta no llevábamos casco.

6 – Bebíamos agua de la manguera del jardín y no de la botella de agua mineral…

7 – Pasábamos horas y horas construyendo carros con ruedas y los afortunados que tenían calles con pendiente se lanzaban y, a mitad de camino, recordaban que no tenían freno. Después de varios encontronazos con los matorrales, aprendíamos a resolver el problema. Sí, nosotros teníamos problemas con los matorrales, ¡no con los coches!

8 – Salíamos a jugar con la única obligación de volver antes del anochecer.

9 – La escuela terminaba mediodía y llegábamos a casa a la hora de comer. No teníamos móvil, así que nadie podía encontrarte. Impensable…

10 – Nos cortábamos, nos rompíamos un hueso, perdíamos un diente, pero no había denuncias por estos accidentes. La culpa no era de nadie más que de nosotros mismos.

11 – Comíamos galletas, pan con mantequilla, bebíamos bebidas azucaradas y no teníamos problemas de sobrepeso, porque estábamos siempre jugando…

12 – Compartíamos una bebida entre cuatro… Bebiendo todos de la misma botella y nadie moría por ello.

13 – No teníamos Playstation, Nintendo 64, videojuegos, televisión con 99 canales , cámaras de vídeo, móviles, ordenadores, chat,… En lugar de esto teníamos amigos.

14 – Salíamos, íbamos en bicicleta o a pie a casa del amigo, tocábamos el timbre o simplemente entrábamos a buscarlo y salíamos a jugar.

15 – ¡Sí! ¡Ahí fuera! ¡En el mundo cruel! ¡Sin un guardián! ¿Cómo lo hacíamos? Jugábamos con bastones y raquetas de tenis, hacíamos equipos para jugar una partida; no todos eran seleccionados para el juego y los que no lo habían sido no sufrían ninguna desilusión que se transformaba en un trauma.

16 – Algunos estudiantes no eran brillantes como otros y cuando suspendían un curso lo repetían. Nadie iba la psicólogo ni al psicopedagogo, nadie sufría dislexia ni problemas de atención ni hiperactividad; simplemente repetía el curso y tenía otra oportunidad.

La gran pregunta es:

¿Cómo hemos conseguido sobrevivir? Y sobretodo, ¿cómo hemos llegado a ser las grandes personas que somos ahora?

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