Propuestas culturales en las que puedo imaginar a su creador sentado en silencio a mi lado u observando tímido en un rincón. Alguien a quien le importa mi reacción, la de cualquier receptor, alguien con actitud de escucha, alguien que entiende que cultura es un acto de comunicación y enriquecimiento mutuo. Una cultura que teje lentamente pero con firmeza. Será por eso que prefiero siempre los espacios humildes y humanos a los grandes formatos, espacios lejos de grandes focos y ritmo trepidante que permitan vivir experiencias reposadas e intensas y conversaciones sinceras.
Si me paro a pensar las personas que más influyeron en mi vida nunca levantaron su voz para mostrar su valía…, nunca fue necesario. Su gota a gota fue calando mucho más hondo que una tormenta de una noche de verano. En el fondo estoy segura de que alguien sabe que la verdadera sabiduría y la verdadera cultura no saben de grandes escenografías, de mercadotecnia ni de golpes de efecto. Ni falta que les hace.