Partiendo del análisis de la composición de genes y proteínas del paciente el programa obtiene una composición musical que pone en evidencia si el organismo sufre de alguna enfermedad o no. En la práctica, a un paciente sano le ‘corresponderá’ una música armónica; a un paciente enfermo, una música sin armonía, desentonada. No es una coincidencia que los tres principales responsables del proyecto, Gil Alterovitz, Sophia Yuditskaya y Marco Ramoni sean amantes de la música. El programa se basa en la «sincronía que existe entre algunas señales fisiológicas», explica Gil Alterovitz, primer firmante del trabajo publicado en «Technology Review»; «cada gen tiene una dimensión, luego, 10.000 genes tienen 10.000 dimensiones. Así que utilizando una función matemática es posible representar un enorme grupo de genes a partir de un pequeño número de dimensiones».

Los expertos de Harvard Medical School del Mit han experimentado esta función matemática con el cáncer del colon. Partiendo de una investigación que analizaba la composición de las proteínas en los pacientes con este tipo de tumor, el grupo redujo a cuatro combinaciones lineares las dimensiones de 3.142 genes relacionados con este tipo de patología. «Las cuatro combinaciones han sido suficientes para representar virtualmente toda la variabilidad de los datos. A cada combinación le hemos podido asignar una nota”, explica Alterovitz. Uniendo las notas, que dependen de las cuatro posibles combinaciones de los otros 3.000 genes, surge una composición musical que será armónica cuando hay ausencia de enfermedad e inarmónica en caso contrario. «Usando la teoría musical de Pitagoras», explica Alterovitz, «hemos visto que las combinaciones de genes ‘enfermos’ suenan desafinados, no armónicos, mientras que los sanos son armónicos». El programa podrá ser aplicado para estudiar también las enfermedades inflamatorias y algunos procesos biológicos que necesitan un diagnóstico rápido.