1) el aturdimiento del sistema emocional a través de prácticas rituales como las noches en la discoteca o las drogas;
2) el desinterés por todo, que se manifiesta a través del adormecimiento de las emociones, de la pereza y la no participación, que lleva a la indiferencia;
3) el gesto violento, cuando no homicida, para descargar las emociones;
4) la genialidad creativa, si la carga emocional se acompaña de una buena autodisciplina.
Autodisciplina, no prohibiciones y castigos aleatorios. Y para que la disciplina se construya es necesario pasar tiempo con los hijos. La teoría según la cual es decisiva la calidad del tiempo que se pasa con los hijos y no la cantidad es una patética historia que los progenitores, todo el tiempo ocupados, se han contado para justificarse, dejando a los hijos una gran cantidad de tiempo solos, con una carga emocional excesiva y sin un instrumento de contención.