El reptil interno
Cuanto más hacia el interior vas, más sinuoso se torna el movimiento…
Cuando dirijo un taller sobre las torsiones le dedico días enteros. Integro lo que he aprendido en la formación de Feldenkrais y lo que estudié en los Estados Unidos en la formación de la anatomía de la experiencial con mi experiencia como médico y psicoterapeuta. Aplico un enfoque personal que he desarrollado con el tiempo y que lo llamo "pensar con el cuerpo”.

Cuando analizo un movimiento observo el tipo de musculatura que interviene: externa, media, profunda. Cuanto más profunda es la musculatura que se utiliza más “espesor” tiene el movimiento. Al abordar las torsiones, por ejemplo, se puede partir de la percepción de los diferentes tejidos, puede comenzar a partir de los huesos, las meninges, el tejido conectivo. Cada uno de estos enfoques conduce a un resultado diferente y a percepciones diferentes. Cuanto más hacia el interior vas, más sinuoso se torna el movimiento, como una serpiente, y las percepciones van a la parte más central del cerebro, en la parte primaria, las ondas cerebrales son más lentas, vamos a un estado meditativo. Vamos a encontrar lo que se llama «el reptil interno”, el centro de la anatomía, de la psicología, del ser. Cuanto más permanecemos en la parte externa, más segmentado es el movimiento, dirigido por la parte cortical del cerebro.

¿Qué ganamos encontrando el reptil interno? La ganancia es enorme, es la fuente, el origen biológico de nuestra energía que nos conecta con nuestras verdaderas necesidades. Cuando la fuente se agota todo se seca, todo sufre. Esa es la razón básica por la que nos enfermamos, porque se agota la fuente.

Jader Tolja
(conversación escrita por Emina Cevro Vukovic por la revista de la Asociacion Nacional Italiana de los profesores de Yoga, YANI)