¿Existe una inteligencia corporal?
Sí, el verdadero pensamiento, no el pensamiento abstracto en si mismo, nace del cuerpo. Todas las formas de inteligencia, de la espacial a la musical, tienen una raíz corporal. Lo que llamo pensar con el cuerpo es la actitud de arraigar el pensamiento en el cuerpo, es decir, de tener en cuenta la respuesta de todo el cuerpo en lo que se hace.
¿El yoga puede aumentarla?
Depende del modo en que se practique. Me sorprendieron ciertos personajes de la película de Kustoriza, que a pesar de tener defectos físicos, como los dientes montados unos sobre otros, tienen una fuerte presencia, un gran carisma, debido al hecho de que su cuerpo y su mente permanecen juntos. Esto no necesariamente sucede en un cuerpo perfecto. A menudo, los atletas capaces de alcanzar las prestaciones más extremas son personas que han vivido separaciones en edades tempranas que han provocado, de forma traumática, la pérdida de la conexión con el cuerpo. Justo por esto, pueden someterlos a entrenamientos tan duros. Puedes tener un cuerpo perfectamente integrado y una mente desconectada.
El problema no es liberar el cuerpo, es liberar el cuerpo llevando la mente detrás. Si liberas el cuerpo demasiado rápido o de forma violenta el cuerpo creará una disociación, porque la persona se retira de la experiencia corporal que está teniendo. Si te disocias del cuerpo no puedes hacer lo que quieres, puedes modelar lo que haces como quieras, pero ahí ya no está presente la emoción ni la resistencia que la emoción provoca. Yo en cierta manera valoro las personas tensas y contracturadas, porque esta condición es el testimonio de que en ellas hay un alma y una identidad que se mantienen unidas en el cuerpo. Esas tensiones demuestran que existe un fuerte “embodiment”.
¿Cómo evitar que se rompa esta conexión en la práctica?
Un modo adecuado de practicar podría ser usando una respiración delicada, atenta y consciente, dejando que naturalmente se expanda para descubrir hacia dónde quiere ir, con que tiempos y que sucede al retroceder.
¿Se puede decir que las posiciones de yoga, según el plano de movimiento en que se desarrollan, provocan diferentes y específicos efectos sobre la psique?
Los movimientos del individuo se despliegan en tres planos distintos: el horizontal, el frontal y el sagital, cada uno de ellos se desarrolla en un momento preciso de la evolución psicofísica del niño y cada uno corresponde a cualidades-capacidades determinadas del cuerpo y la mente: la confianza, el gusto por la intimidad para el plano horizontal; la orientación, la lucidez, la percepción de la propia individualidad y los propios valores para el plano frontal; la capacidad de actuar, de ir hacia, de realizar, de resolver los conflictos para el plano sagital.
Cuando quiero comprender o demostrar como el físico cambia el nivel psicológico dirijo fines de semana centrados en un único plano cada vez y observo y hago observar que sucede en el seminario y en el mes siguiente, que es el tiempo que hay entre cada uno de los encuentros.
Cuando trabajo sobre el horizontal es difícil mantener la estructura del curso, las personas hacen lo que instintivamente tienen ganas de hacer, están muy desinhibidas en el contacto físico, se crea mucha confianza dentro el grupo. Y en el mes siguiente los participantes sienten más emoción, más intimidad, están más sensibles a los olores y los sabores, a menudo comen con más gusto y cogen peso.
Cuando trabajo sobre el frontal las personas están más centradas en si mismas, en la sala parecen más pequeñas y distantes, hay mucha claridad en las opiniones. Y en el mes siguiente se sienten muy lucidas y orientadas y establecen límites claros en su vida afectiva o personal.
Cuando trabajo sobre el plano sagital aparece la capacidad de hacer y de realizar, las personas se vuelven muy directas. En este caso, en el mes siguiente, la persona que tenía un asunto por resolver va al abogado, quien durante toda la vida había tolerado un comportamiento comienza a confrontarse de forma imprevista, a definir sus necesidades, en general hay menos complicidad y una gran tendencia a pasar a un estado de agitación. Si anteriormente se sentía un fuerte apego por la familia y el lugar de origen, se viaja con mayor facilidad, en general se percibe un fuerte deseo de ser protagonista, actor, más que un extra.
Entonces, ¿con el yoga se puede escoger una secuencia que trabaje sobre un plano determinado para activar las capacidades propias del mismo?
Exactamente. Una persona puede, por ejemplo, decidir recuperar su parte visceral, su capacidad de confiar, y escogiendo las posiciones de yoga que se desarrollan en el plano horizontal, como los distintos tipos de torsión, creará una base física de estás cualidades que crecerá en forma de necesidad.
Estos mismos conocimientos sugieren al profesor el modo en que puede conducir una sesión para que se cree con mayor facilidad una atmósfera adecuada. Por ejemplo cuando trabajo con un grupo nuevo de personas empiezo por el plano horizontal porque se que esto facilita la unión entre ellos. Cuando veo que la unión ya se ha producido voy a buscar la claridad, la orientación, con el plano frontal. Y finalmente, busco la acción a través del sagital. Si tomara otra dirección, del sagital al horizontal, el inicio sería complicado y al final de la sesión dejaría a las personas con una sensación de relajación física de la cual sería difícil salir. Esto está bien si la sesión es por la noche o antes de irse de vacaciones, pero no ayuda si la persona tiene que ir a trabajar o continuar el día de forma activa.