El futuro del deporte (parte 1)
Cómo las técnicas corporales avanzadas cambiarán el deporte
Versión española de la entrevista concedida por Jader Tolja a la revista suiza para profesores de deporte “Macolin”

P: Para todas aquellas personas que practiquen deporte a nivel de competición, ¿conoce Vd. algún sistema diseñado para mejorar la práctica del deporte que sea distinto de las técnicas convencionales de entrenamiento?

R: Existen varias posibilidades. Los métodos tradicionales descuidan, o simplemente utilizan al azar algunos principios básicos del funcionamiento del cuerpo. La repetición mecánica de un movimiento haciendo deporte, como por ejemplo un penalti, tiene como objetivo desarrollar algún reflejo, por lo tanto el cuerpo lo “aprenderá” a fondo. Pero si se sabe cual es exactamente el reflejo implicado, entonces se puede trabajar con ello de una forma incluso más directa, haciendo que el cuerpo ejerza activa o pasivamente el movimiento que haga salir el reflejo de manera más clara. Si el penalti implica un reflejo contra-lateral se puede perfeccionar trabajando con el cuerpo según el esquema de reflejos cruzados que gobiernan los movimientos contra-laterales – aquellos que conectan el movimiento de un brazo a la pierna del lado opuesto – sin llegar a tocar la pelota. Luego, cuando el jugador intente de nuevo tirar la pelota percibirá una flexibilidad y una coordinación que anteriormente no tenía.

Esto ocurre porque cada persona, cuando repite mil veces un movimiento para perfeccionarlo, en realidad intenta reproducir solamente los esquemas que ya posee – con todas sus limitaciones. Conseguir evocar un reflejo más sofisticado, más efectivo, trabajando el cuerpo lentamente y a fondo fuera del contexto deportivo, significa permitirle posteriormente utilizarlo en el contexto deportivo de forma más eficaz.

P: Si en ambos casos son los reflejos quienes permiten que el movimiento sea más eficaz, ¿qué diferencia existe entre la repetición en el entrenamiento y los ejercicios corporales que se utilizan para enseñarle al cuerpo un movimiento más efectivo?

R: La posibilidad de trabajar con gran precisión en los reflejos profundos del sistema nervioso, que al entrenar y competir se evocan erróneamente, es un campo que ofrece unos márgenes inmensos de mejoría. El grado de accesibilidad a ciertos reflejos es lo que produce un campeón.

Cualidades como la implicación de todo el cuerpo o la “presencia” en cada momento están relacionadas con el hecho de que algunos campeones como Roberto Baggio, George Weah o Michael Jordan, tienen más acceso a los reflejos que están más desarrollados comparados con los de sus compañeros. En campeones de esa talla esto normalmente se da espontáneamente, pero como no existe ningún recurso humano que no pueda reproducirse – como los postulados neurolinguistas – si sabemos cual es el reflejo al cual el campeón tiene acceso, podemos enseñárselo o inducírselo a cualquier atleta que lo necesite. Podemos enseñarle a cualquier persona a reconocerlo como un reflejo, acceder a ello cuando sea necesario, utilizarlo, cultivarlo, convertirlo en más preciso y eficaz.

P: Pero en términos concretos, ¿cómo se interviene para evocar con precisión estos reflejos?

R: Aclaremos en primer lugar qué significa moverse dentro de un reflejo. Supongamos, si estamos sentados en una silla, doblamos la cabeza hacia atrás, teniendo en cuenta el punto en el techo a donde llega la mirada, luego intentamos tensar y estirar al máximo la planta del pie, de un solo pie durante varias veces para volver finalmente al movimiento inicial, observaremos cómo la cabeza ha adquirido mayor amplitud, elasticidad, ligereza (en este caso en el movimiento en el plano sagital). Para evocar un determinado reflejo- por ejemplo el de flexión – la actitud de todo el cuerpo cambia para moverse en ese plano porque el cuerpo nunca “piensa” de forma fragmentada. Lo que un experimento tan insignificante demuestra es que al realizar un movimiento que evoca el reflejo más funcional con la finalidad de mirar hacia arriba, también hemos evocado el programa del sistema nervioso que el cuerpo utiliza para ejercitar esa determinada función. Llevando al extremo esta lógica podemos imaginar el sistema nervioso como si fuese un ordenador de empresa que contiene una serie de programas. Algunos son más adecuados que otros para llevar a cabo ciertas funciones, pero todos sabemos que podrían realizar muchas otras con menor eficacia. Si se dirige un movimiento con el programa del sistema nervioso que no sea el más adecuado para esta función, en realidad se tiene el mismo desperdicio de energía y de eficacia que se tendría si se llevase a cabo el presupuesto de la compañía con un programa escrito a mano. Se puede, es un milagro que se ve a diario, pero si se conoce el reflejo más adecuado para un determinado movimiento, entonces habrá infinidad de variedades para evocarlo. Por ejemplo, el movimiento del cuello y la planta del pie indicado anteriormente pertenece al mismo “programa” (me estiro, me contraigo, me doblo, me relajo, hacia adelante, atrás…) Por tanto, rememorando este programa por medio de un movimiento (el del pie) facilito posteriormente el otro movimiento (el del cuello). Es así como razona el cuerpo y por tanto coordina todo en el interior de este programa de funciones, que no contempla nunca un cuello que se mueve por si mismo, sino siempre en el contexto de un conjunto de movimientos coordinados por el mismo programa del sistema nervioso.

Utilizar distintas partes del cerebro

P: Me resulta un poco complicado entender a qué reflejos se refiere Vd. y de qué manera el hecho de evocarlos se traduce en un resultado ventajoso para el deportista.

R: Para poder entender hay que tener en cuenta que el sistema nervioso trabaja por medio de capas o estratos, de las cuales las más profundas y antiguas son el cerebro reptil y el mamífero, mientras que la corteza cerebral, que es la sede natural del pensamiento abstracto y de la consciencia es lo que va colocado en la capa superficial. Dado que las bases naturales del movimiento son en realidad las estructuras más arcaicas del sistema nervioso, cuanto más profunda sea la capa que coordina el movimiento, más integrado y eficaz será el resultado. Por otra parte, cuanto más superficial sea la capa que lo produce, tanto más “pensado” tenderá a ser el movimiento y por tanto descoordinado, mecánico, fragmentado. Esto ocurre porque si el movimiento está ligado a la racionalidad, es decir guiado por estructuras nerviosas más recientes, las neuronas involucradas son muy numerosas, y no están integradas entre sí de una manera tan eficaz.

Por ejemplo: si en el nivel más profundo del sistema nervioso solo bastan un cierto número de neuronas del cerebro “reptil” para coordinar un movimiento, el mismo movimiento, elaborado a nivel cortical, exige el esfuerzo de millones de células. Seguramente podemos confiar en las neuronas más antiguas que han ido afinando sus funciones durante millones de años. En los centros primitivos hay una inteligencia coordinadora que sabe siempre qué es lo que tiene que ocurrir en el transcurso de un determinado movimiento (por ejemplo: cuándo y cuánto contraer y cuándo y cuánto relajar) mucho mejor que lo que uno podría saber de forma consciente. Cuando en vez de producir un gesto de forma consciente evocamos un reflejo, se activan centros nerviosos muy primitivos en los cuales cada movimiento que tenga un sentido o una habilidad específica, tiene ya una representación integrada de la máxima eficacia posible.

P: ¿Dice Vd. que el sistema nervioso, en la zona más profunda, distingue mejor que la zona cortical del cerebro la manera más eficaz de ejecutar un determinado movimiento?

R: Efectivamente. La diferencia reside en el hecho de que mientras la corteza cerebral tiende a “aislar” los diferentes movimientos (exactamente como se hace en la enseñanza convencional), el sistema nervioso conoce con precisión la posición concurrente de cada parte del cuerpo capaz de garantizar la máxima eficacia para alcanzar un objetivo. Esta es la razón por la cual muchas criaturas (por ejemplo la serpiente, que es como una espina dorsal desnuda) tienen de forma natural una coordinación, una eficacia, y elegancia de movimiento impensables en la mayoría de los seres humanos.

P: ¿Decía Vd. anteriormente que la característica de un campeón es su capacidad para alcanzar su estado de forma natural?

R: Más concretamente. Creo que el campeón instintivo es aquel que interfiere menos en el estado natural que he descrito.

P: ¿Por tanto un ‘campeón natural ’no tiene por qué ser especialmente inteligente?

R: Al contrario. Sé que parece paradójico, pero dado que estas personas manejan todos los movimientos al nivel de los centros nerviosos más antiguos, en los niveles superiores, tienen a su disposición una inmensa cantidad de neuronas que son libres, por lo tanto accesibles a la inteligencia, la percepción, orientación, al sentido de contexto. Así que en el momento en que entran, por ejemplo, en el área de castigo, pueden valorar con mucha más tranquilidad que otros la situación en el terreno, como si todo se desarrollase a cámara lenta. En resumen, delegar el movimiento a los reflejos naturales no impide en los más mínimo, incluso ayuda, a acceder simultáneamente a los centros superiores para otros objetivos.

P: ¿De qué forma entonces la inteligencia o la conciencia interfieren en el acceso a un reflejo espontáneo?

R: Nada ni nadie mejor que el cuerpo para saber exactamente qué hay que hacer para producir un movimiento verdaderamente eficaz. Hay movimientos que un animal o un ser humano en buena salud nunca harían espontáneamente – como por ejemplo tumbarse boca arriba y levantar las piernas extendidas para fortalecer los abdominales. Racionalmente es un movimiento que podemos pensar, pero desde un punto de vista evolutivo nuestro cuerpo no ha sido programado para realizar movimientos inútiles como éste desde el punto de vista funcional.

Por esta razón, dentro del conocimiento que tenemos de los reflejos profundos del cuerpo, sería importante comprobar cualquier movimiento que se lleva a cabo durante los entrenamientos, para saber si son movimientos basados en reflejos existentes o si acaso pueden llegar a destruirlos por causar una interferencia.

El cuerpo humano no está programado para movimientos inútiles.

continua