Este sentimiento está confirmado por la imágenes del equipo brasileño tomadas justo después de que sonara el pitido final del partido. Mientras sus compañeros lo abrazan en la cara de Pelé se ve una expresión de dolorosa sorpresa. Parece un niño perdido en un éxtasi privado y sin nombre. Cada vez que ve la cámara se da la vuelta rápidamente. Algunos podrían pensar que la experiencia de éxtasi atribuida a los atletas por periodistas y espectadores es simplemente una proyección. Pero para los atletas estos momentos son extremadamente reales. Francis Tankerton dice que juega futbol por un único motivo: » Lo amo, nada en mi vida se puede comparar con el éxtasi que este juego me da.»
Leuch y Skalka afirman que mientras esquían los atletas pueden experimentar “el momento mágico cuando estás exactamente en el punto, cuando cada cosa encuentra su lugar y la sola sensación que tienes es el éxtasi de lo que estás haciendo. El esquiador, los esquís y el cielo son una unidad.” El alpinista Lionel Terray afirma que escalaba montañas porqué «la salida más sencilla me hacía enloquecer de alegría. La montaña era una especie de reino donde, por algún tipo de hechizo, me sentía más feliz”.
Jesse Francis Lewis pidió a 53 estudiantes que hablaran de sus experiencias de éxtasis y del contexto en el que ocurrieron. Descubrió que algo común a todas las experiencias relatadas era el aumento de energía. De hecho señala: «habitualmente el éxtasi implica una actividad o un impulso a realizar una actividad… Esto puede manifestarse en una especie de desahogo energético: gritando, saltando, caminando, corriendo, o en una forma más tranquila, a través de una sonrisa o con la presencia.” Los estudiantes mencionaron que uno de los eventos que más frecuentemente los llevaba al éxtasi era la victoria en un evento deportivo. Los mismos resultados aparecieron en un estudio sobre el éxtasi realizado por Margharita Laski, quien estudió ‘el resorte’ o las circunstancias que llevan a una experiencia de éxtasis. Ella encontró que uno de los principales resortes era el movimiento. Específicamente dice: “los tipos de ejercicio o movimiento que parecen relevantes como desencadenantes de la experiencia de éxtasi son dos: movimientos rítmicos y regulares como caminar, cabalgar, viajar en carro… y los movimientos hechos con velocidad como correr, volar o galopar.”
Casi todos los deportes peligrosos implican regularidad y velocidad y en estos deportes la euforia y el éxtasis son una experiencia frecuente. Ian Jackson cuenta su primera experiencia con el surf: «Empecé a revolcarme en el agua con un ritmo cada vez más acelerado… Si usted ha estado cerca de la muerte… puede imaginar las sensaciones que me atravesaron de pies a cabeza. Fue un flash de adrenalina pura… y cuando estuve en la cresta de la ola fue un momento de equilibrio en éxtasis. Después mis rodillas se doblaron y caí en el agua riendo a carcajadas. Fue una adicción inmediata.”