Escuchar con el cuerpo
El objetivo de escuchar con el cuerpo es escuchar al que habla percibiendo al mismo tiempo lo que llega de nuestro cuerpo.
Cuando realmente escuchamos lo que sentimos en nosotros, cambian nuestros procesos internos. En las profesiones de asistencia y ayuda, a menudo, preocupa la la posibilidad de hacerse cargo de forma excesiva del proceso de los pacientes, clientes, etc. Obviamente es importante aprender a no dejarse involucrar por completo y una de las vías más efectivas para ello es la de “estar en el propio cuerpo”. Sentir continuamente el propio cuerpo dejando que la energía fluya y circule.

Cuando sentimos profundamente nuestro cuerpo, nuestros procesos perceptivos se afinan muchísimo. Imaginad la diferencia entre escuchar con los ojos cerrados una sinfonía y pasar delante de una orquesta mientras vamos de camino a cualquier lado. En el primer caso la música pasa a formar parte de vuestro cuerpo de forma mucho más profunda. A menudo, a mis estudiantes de psicoterapia, les digo que cuando una cosa sucede en su cuerpo es suya para siempre. Escuchar con el cuerpo puede ser un modo para diferenciarse de los demás en el sentido de que quien escucha con el cuerpo reconoce la propia experiencia interior; puede ser un modo de ser más empático, de escuchar más profundamente y con mayor participación. Para hacer esto es necesario reforzar los conceptos sobre quienes somos y en que modo estamos separados del que estamos escuchando.

Para practicar la escucha con el cuerpo pasad algo de tiempo en movimiento y respirando, sintiendo vuestro cuerpo. Cuando os sintáis arraigados en la experiencia física pedidile a alguien que os hable de algo que para él o ella sea importante. Cuanto más conmovedora sea la historia más útil será para este ejercicio; pedidle permiso para continuar en movimiento y respirando mientras escucháis, y mientras lo hacéis continuad escuchando vuestras propias sensaciones corporales. Permitid que vuestros procesos internos fluyan en vosotros. Notad como lo que la otra persona os comunica influye en vuestro interior.

En la escuela nos enseñaron que la atención fija es el único tipo de atención y que se debía estar inmóvil con los ojos fijos en el profesor. Sin embargo, a menudo, esta no es la mejor forma de absorber información. Y esto es especialmente cierto para la mayoría de los niños de menos de siete años, para los cuales es imposible pensar sin moverse y vocalizar.

Tuve un estudiante que de vez en cuando parecía cautivado por lo que estaba diciendo; me miraba con una fascinación extrema. Era más bien desconcertante. Finalmente le pregunté que sucedía en esos momentos, mirando atrás se dio cuenta de que en esos momentos estaba totalmente ausente y no escuchaba absolutamente nada. Durante años, en la escuela había aprendido, para evitar castigo, a fingir atención mientras soñaba con los ojos abiertos. Pienso que esto nos ha sucedido a muchos de nosotros. Lo que muchas veces llamamos escucha atenta, no es más que una fachada.

He encontrado muchos beneficios estando centrado en mis procesos internos mientras escucho. Tengo mucha más energía y curiosidad acerca de lo que me cuentan, noto de una forma mucho más rápida cuando existe una dicotomía entre las palabras y las acciones de la persona que me habla. Todas las prácticas relativas a escuchar con el cuerpo, de hablar con el cuerpo o relacionarse con el cuerpo llevan a la misma dirección: estar plenamente y consciente con uno mismo y al mismo tiempo con los otros.

S. Aposhyan
del libro Inteligencia natural